Investigadores y docentes consustanciados con el pensamiento Bolivariano, La Seguridad, la Defensa Integral y la Soberanía.
miércoles, 27 de febrero de 2013
El 27 de Febrero de 1989:
Bajo la sombra de la Burguesía.
Por: Willmer Chang (*)
Hay momentos en la historia donde el silencio y el dolor transitan un mismo
camino. Donde la ignominia y el caradurismo convergen como artículos que acompañan
a las clases dominantes, ya ostentando el título de genocidas y explotadores de
seres humanos. Eso es el 27 de febrero de 1989. Una fecha de quiebre histórico,
en donde las necesidades y la conciencia popular se unieron para generar las
condiciones de la incipiente Revolución Bolivariana. Un Estado burgués,
Neoliberal, corrupto, incompetente, unas Fuerzas Armadas genuflexas ante el
poder de las élites políticas, y un poder económico internacional ávido de
multiplicar de manera exponencial sus ganancias, conforman el contexto de esta
rebelión popular que estremeció los cimientos de la lucha de clases de la Venezuela contemporánea.
Sus alcances son en primera instancia, una consecuencia directa de la
aplicación de las medidas económicas emanadas del Fondo Monetario Internacional (F.M.I), regente omnipotente de los
intereses económicos de las grandes corporaciones y los regímenes del imperio
Euro Atlántico, y por otra la evidente decadencia del modelo de gobierno
bipartidista que repartió mezquinamente el alto ingreso petrolero venezolano.
Los niveles de pobreza durante 1989 llegaban a niveles inauditos. 80% de su
población en pobreza extrema, 25% de la población con el 76% del ingreso nacional, 80% de la población rural en condiciones de
inaccesibilidad de servicios públicos básicos, son parte de la antesala para la
adopción y ejecución de un paquete neoliberal del F.M.I, por parte del segundo
gobierno de Carlos Andrés Pérez. El “Paquetazo
económico” es la denominación histórica que se la atribuye a este conjunto
de medidas inhumanas. Es inconcebible la brutalidad y celeridad con que se
asumió este conjunto de medidas, pues en el ámbito social no se consideraron ni
siquiera por un momento las implicaciones sobre la gran mayoría de los
habitantes del país. Entre las medidas adoptadas se encuentran el aumento en
los cobros de los servicios públicos (casi un 50% en promedio, lo cual incluía
servicio telefónico, agua, electricidad, entre otros), Liberación de los
precios de los productos y servicios (libre precio-libre mercado), aumento de
las tasas de interés en los créditos productivos e hipotecarios, control de las
divisas, control cambiario, privatizaciones de las empresas del Estado (industria
siderúrgica, telefónica nacional y la industria petrolera), disminución de lo
pocos beneficios sociales impartidos por el gobierno (becas, subsidios,
pensiones, planes de salud y educación),
aumento del precio de la gasolina, combustibles y derivados de
hidrocarburos que tuvieron un impacto en el precio del transporte público, entre otras. Este caldo de necesidades
insatisfechas y abusos a la condición social, terminaron por generar esa
rebelión popular de los días de Febrero. Fue una condición colectiva de
malestar, descontento, rabia, impotencia,
lo que llevó a miles de venezolanos a salir a protestar contundentemente
contra el gobierno de la burguesía, en condiciones de violencia y expansión que
sobrepasó los ordinarios protocolos de los cuerpos de seguridad policial (ya
acostumbrados a masacrar y eliminar los disturbios y malestares del colectivo
popular), así como la visión del gobierno para comprender la naturaleza del
conflicto. El sagrado pueblo, fue evidentemente traicionado y mancillado en su
honor, pues hacía poco que había depositado la confianza en el mandatario
representativo burgués, que luego decide arremeter contra su dignidad, contra
su condición humana, contra su prole, contra su estabilidad. Jugaron de manera
miserable con el hambre de millones de venezolanos, con sus necesidades y
padecimientos. Esa misma burguesía importadora parasita, que siempre ha jugado
con la alimentación del pueblo, que genera desabastecimiento y acaparamiento,
que eliminó la necesidad básica del sustento diario, a punta de especulación y
sobreprecio. Citando a Marx: la acumulación originaria. Me permito cambiar los
términos y decir: “el robo, saqueo, expoliación, explotación originaria”. Originaria
de la clase política puntofijista descarada y de esa élite económica,
concubinos de la masacre perpetrada en febrero. Como dato curioso, el pueblo
hinchado de ganas de justicia salió a las calles sin la vanguardia política,
sin liderazgos claros, pues las arremetidas del Estado represivo fueron
efectivas. Las consecuentes acciones de asfixiar al venezolano común, el abuso
de poder, la intolerancia a las clases más desposeídas por parte de esos
burgueses, y la chocante costumbre de prejuicios sociales parecen aún estar
presentes en los más recalcitrantes representantes de la derecha y sus actores
políticos de hoy, “refrescados” en su apariencia, pero que en esencia son los
herederos de esos pérfidos asesinos del 89. Las condiciones históricas,
sociales y fenomenológicas conllevan a pensar en la inviabilidad de un reconocimiento
por parte de los sectores políticos tradicionales de este evento de magnitudes
vectoriales en el proceso reciente venezolano.La violación de los derechos
humanos fundamentales, y de la condición más elemental que tiene un ser: la
vida. Eso es lo que queda para conmemorar en este torbellino de pueblo y patria
que se desataron el 27 y 28 del segundo mes de ese año 89. De allí surge la
imperiosa necesidad de entender el proceso histórico, no solo para no cometer
los mismos errores, sino para comprender que la Revolución Bolivariana
es una consecuencia directa de aquellos eventos, pues son el germen de esa
claridad política posterior en un pequeño grupo de oficiales patriotas. Preocupa
que algunos sectores jóvenes no conozcan la historia reciente de nuestro país,
llena de mártires y luchadores patriotas. La alienación mediática ha mellado la
capacidad de reflexión y análisis de algunos sectores opositores, desconociendo
los más sencillos datos de la realidad de ese año 89, pecando en efecto de
eunucos mentales, o de ignorantes funcionales. Es un exabrupto pretender
politizar sin conocimiento real esos eventos, y peor de banalizar las causas
que originarían la explosión social. Los
niveles de justicia social alcanzados en este momento, son el mejor contraste
con el patético y horroroso cuadro de miseria y hambre de esa masacre burguesa.
No podemos olvidar ni por un momento que la actual República Bolivariana de
Venezuela, es la expresión de esa lucha popular, acrisolada en los cuarteles, y
que luego se hace movimiento político rebelde y libertario. Prohibido olvidar.
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y venceremos!
(*) Docente revolucionario investigador social y
Bolivariano.
domingo, 24 de febrero de 2013
EL
OJO DEL GATO… ¡
El Pueblo Legislador y Su
Contexto Político en la
Revolución.
Por:
Ricardo “El Gato” Sanoja (*)
El
Presidente de la republica Hugo Chávez Frías, ha venido reiterando de forma
sistemática la necesidad de involucrar directamente al pueblo a las decisiones
legislativas para permitir que las leyes sean expresión de la voluntad popular
y de la realidad concreta que vive Venezuela en la coyuntura históricas de transformación
política, económica, social y cultural, en función de la construcción de una
sociedad socialista:
“Por otra
parte, hable primero de convertir en leyes populares las misiones, pero hechas
por el pueblo, no leyes hechos con asesores, ¿no? Leyes hechas en la calle a
través de asambleas, que el pueblo sepa que el puede hacer leyes, porque esta
Constitución, les devuelve ese poder. Que el pueblo haga leyes, leyes
populares, leyes sociales, leyes revolucionarias, que participe el pueblo en el
diseño y elaboración de leyes, y luego en su aplicación, dichas leyes deben ser
el engranaje que une los principios constitucionales, a la realidad concreta de
todos los días. Las leyes además, deben obedecer a la naturaleza de las cosas.
Determinar cuales son las necesidades, las prioridades de los pueblos para en
función de ellas, elaborar las leyes y llevar a la realidad, los principios
constitucionales, a cada quien según sus necesidades pero es vital LA CONSTRUCCION DEL
PODER POPULAR como la máxima expresión de la política en Venezuela tanto en lo
local como en lo internacional.”( Chávez dixit)
Todo proceso
de cambio social esta enmarcado dentro de un modelo político y un sistema
jurídico que puede legitimarlo u obstaculizarlo, la continua movilidad requiere
de un derecho que se adecue a las realidades emergentes. Por ello, se impone la
ruptura con el ordenamiento jurídico que le ha dado sostén al Modelo de Estado
Liberal y al conjunto de instituciones que lo integran, dando un paso a un
modelo de Estado Social de Derecho y Justicia donde efectivamente cobre vida el
concepto de soberanía.
Nuestro país
despertó de la pesadilla neoliberal que por más de cuatro décadas sembraron
pobreza y desigualdad en nombre de la democracia formal. La realidad se nos
presenta hoy como una constelación un tanto azarosa de cambios, rupturas y
quiebres que por encima de confusiones constituyen oportunidades que nos
permiten dar un nuevo salto en el devenir histórico de la raza humana.
Avanzamos
hacia una nueva concepción del quehacer legislativo que rompe con el viejo
modelo parlamentario liberal representativo y por ende facilita el desarrollo
del modelo político de democracia participativa protagónica, de tal forma que
es el pueblo quien emerge como sujeto emancipador y constructor de un nuevo
ordenamiento jurídico y de las políticas publicas que de el se deriven. Vivimos
hoy una profunda reestructuración general de la economía, la cultura, la
sociedad y la política para transformar nuestras condiciones materiales y
espirituales de la vida, es decir, una verdadera ruptura.
Esta
revolución constituye un gradual y multidimensional quiebre civilizatorio que
anuncia que los primeros asomos de un nuevo modo de producción y de relaciones
sociales marcado por la democratización de la información y el saber.
Ratificamos que el saber es poder, no nos referimos aquí a los saberes hoy
hegemónicos que pretenden reescribir y recodificar las desigualdades e
injusticias de siempre bajo el amparo de las instituciones rectoras del viejo
orden y que aun hoy sobreviven. Se abre paso a los saberes alternativos y a la
prescripción normativa desde la propia sociedad, desde los cuales se aspira
desarrollar nuevas formas de gobernabilidad más pertinentes a nuestras
realidades y necesidades, dentro de un espacio social reconstruido por el
colectivo.
Los procesos
sociales de prescripción normativa se hacen crecientemente más dispersos y
heterogéneos. La función del poder se define hoy en función de un combate
continuo donde el Derecho se convierte en la trinchera desde donde se entabla
el forcejeo. Nuestras percepciones han estado nubladas durante mucho tiempo por
ideologías y partidismos que como bien advirtió Marx han confundido sus deseos
con la realidad. Se produjeron así verdades fetichizadas que nos condenaron a
una falsa lectura de la realidad para conservar cómodos y parciales nichos de
“verdad”. Se requiere, ahora, escapar de estos reduccionismos, debemos crear
una nueva “ praxis” que supere los viejos postulados teóricos, insuficientes
actualmente para comprender los cambios.
Como bien
decía Gramsci se debe ir mas allá de la revolución política, se trata de
propiciar un cambio intelectual y cultural que potencie el desarrollo de una
nueva conciencia, nuevos valores, nuevas normas que nos permitan configurar un
nuevo ser humano. Los pueblos se niegan a continuar avalando las mismas
opciones de siempre, no se conforman con ser comparsa de un determinado grupo
político, exigen una participación real de los asuntos públicos, cuya génesis
comienza con la elaboración de las normas que integran las leyes.
Se trata de
una transformación socio-histórica global, para ir mas allá del capital en si
como totalidad, que rompa con su dominio y control general de la sociedad y de
su dinámica socio-cultural y jurídica. “La solución no es desesperarse por el,
sino controlarlo en interés de la responsabilidad social y la transformación
radical de la sociedad” (Meszaros). Dentro de este contexto político tenemos
dos documentos maestros que orientan la propuesta, ellos son:
-
EL PROYECTO NACIONAL “SIMON
BOLIVAR” 2007-2013
-
II PLAN SOCIALISTA
BOLIVARIANO 2013-2019.
(*) Docente Instructor, Político y Científico
Social.
EL OJO DEL GATO… ¡
Del 27 de Febrero de 1989 al 04 de
Febrero de 1992 (Analizando el Febrero Rebelde) I.
Por: Ricardo “El
Gato” Sanoja (*)
Partiendo como punto inicial es pertinente que entendamos y
estudiemos lo económico por encima de
todo y como que eje gravitador, ya que el BCV manejaba imprudentemente las
finanzas del país, era un monitor del Fondo Monetario internacional (FMI), y
las recetas neoliberales que contrajeron la política fiscal, mantenían una
doble deuda pública tanto interna como externa, adicionalmente el desequilibrio
económico respecto a la paridad cambiaria, fueron el detonante del estallido
social y militar del año 1992.
La
hacienda pública iba por su lado, el endeudamiento era como una tarjeta de crédito que pasaba de un
gobierno a otro, en fin las metas
impositivas aplicadas en la época de los 80 eran insostenibles y el pueblo se
rebelo.
Obviamente los insurgentes
contra el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, proponían un proyecto
político, que ha sido la bandera del hoy presidente Hugo Chávez. Al respecto, manifiesto
que “cuando se observa una gestión con inclusión social, que ha disminuido la
pobreza sobre el 50% por ciento, es reflejo del acertado manejo de los recursos
del Estado, que era el clamor de los venezolanos durante décadas”.
Durante los últimos años el Gobierno ha dado respuestas ‘prudentes’ a los desafíos que se han
presentado, sin descuidar las políticas sociales y soportando
grandes saboteos de agentes económicos de poder.
Volviendo
al principio y rememorando ese tiempo nefasto, explicamos en qué
consistía “el paquetazo” que realizaba el Gobierno para esa fecha:
“La gasolina duplicó su costo. El gobierno liberó las
tasas de interés, con el resultado de que éstas rondaron la magnitud usuraria
del 100% anual. Para represar la liquidez
monetaria, el Estado puso a disposición de los bancos los llamados Bonos Cero Cupón,
que les pagaban estas tasas estrafalarias a costa del Fisco, además de duplicar
y hasta triplicar los demás insumos en el mismo día, respondiendo a la dieta
impuesta por el Banco Mundial y unas medidas recomendadas por el Fondo
Monetario Internacional (FMI), que produjeron una elevación
abrupta en los precios del transporte y los alimentos, con la excepción de 18 renglones de la
cesta básica.
No
cabe duda que ese paquete económico yo lo describo como una estrategia de
cesión de la soberanía largamente planificada, que condujo posteriormente al
país a una crisis estructural, en la que la mayoría de la población se
encontraba en niveles de pobreza extrema, excluida del aparato productivo y de
los beneficios sociales que debía garantizar el Estado. En
ese paquetazo de CAP II, también se redujeron los subsidios de la agricultura,
los subsidios a los alimentos. Al igual que los gastos de mantenimiento a las escuelas y hospitales que provocaron un
deterioro de su infraestructura física sin precedentes en el país y que la Revolución Bolivariana
ha tenido que levantar a lo largo de estos años.Ese paquete de medidas
económicas de shock, elaboradas por tecnócratas del IESA y de reconocidas
universidades anglosajonas, a quienes poco importaban el impacto que tendría en
una población hambrienta. Para los “IESA y Chicago Boys” liderizados y
tutelados por El economista neoliberal Milton Friedman y Arnold Harberger, de la Escuela de Economía de la Universidad de
Chicago, cuyos nombres aun resuenan en la actualidad como Miguel Rodríguez
“Paquetico” y Ricardo Haussman a la cabeza con algunos acólitos como Moisés
Naim, tenían mayor peso los fríos numeros de la macroenomia criolla, hipotecada
al FMI Y el Banco Mundial, que el sentir de una población que deposito su
ultima confianza en un régimen cuartorrepublicano decadente. Como dijo el Comandante
presidente en la pasada campaña presidencial cuando presentaba su Plan de
Gobierno, esgrimió que no hay que recordarlos como políticos, porque no lo son
y nunca lo fueron.
El político tiene que asumir un mínimo código de ética,
independientemente de su ubicación en el mapa político internacional. No puede
ser alguien tan sin vergüenza. Recordó que algunos de los Chicago Boy’s
tuvieron las cachazas de decir que no funcionó el gran viraje o paquetazo de
Carlos Andrés Pérez porque no lo aplicaron con todo el rigor. Imagínense,
hubieran tenido que exterminar a media Venezuela".
(*) Docente Instructor, Político y Científico Social.
EL
OJO DEL GATO… ¡
Del Caracazo al 04 de
Febrero, Causa y Efecto (Analizando el Febrero Rebelde) II.
Por:
Ricardo “El Gato” Sanoja (*)
En
esta segunda entrega seguimos analizando lo siguiente: “La carta de
intención con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que aceptó el gobierno de
Carlos Andrés Pérez en su segundo mandato (1989-1993) fue un acto de entrega de
la soberanía nacional, con la complicidad de la burguesía nacional y
la clase política liderada por AD y COPEI”.
En
este mismo sentido, aunque el gobierno aplicó al pie de la letra esas recetas,
la revuelta popular y la inestabilidad política que devino después de ese
histórico acontecimiento, el FMI consideró país de alto
riesgo y se abstuvo de desembolsar la mayoría del préstamo bajo la
modalidad de facilidad ampliada que firmó con bombos y platillos en junio de
1989. Después de firmar a espaldas del país a principios de febrero de 1989 un
acuerdo stand-by para acceder a recursos de corto plazo por cerca de 360
millones de dólares”.
No
esta demás recordar algunas medidas que iban a
imponer en Venezuela el Gobierno de Carlos Andrés Pérez. “Se acordó un
incremento del precio de la gasolina de 300%. En el primer año 100% y el resto,
en los dos años sucesivos. El transporte se incrementó en 30% de un solo
trancazo y después de tres meses se
iba elevar progresivamente hasta alcanzar cerca de 100%. Fue un tiempo
oprobioso. Este episodio debería estudiarse en las escuelas de Economía”.
LOS PRINCIPALES PUNTOS DEL LLAMADO “PAQUETE ECONOMICO”
ERAN LOS SIGUIENTES:
-
Liberar tasas de interés.
-
Liberar el control de cambio.
-
Liberar los precios de todos los
productos a excepción de 18 renglones de la “Cesta Básica”
-
Aumentar las tarifas de los servicios públicos
como luz, agua, teléfono y gasolina.
-
Reducir el déficit fiscal a un
máximo de 4% y congelar los cargos de la administración publica.
ESTAS MEDIDAS IBAN A ESTAR ACOMPAÑADAS DE UNA ESPECIE DE
PROGRAMA SOCIAL QUE INCLUIA:
-
Subsidios directos a los
productos de la cesta básica.
-
Programas de becas alimentarías
para miles de estudiantes.
-
Instalación de 42.000 hogares de
cuidado diario.
-
Plan de consolidación de barrios
y políticas de apoyo a las microempresas.
-
Consolidación de los ambulatorios
de salud.
-
Creación de la Comisión Presidencial
para la lucha contra la pobreza.
Todas estas imposiciones ocasionaron molestias en los
sectores populares, principalmente en la ciudad de Caracas, donde el 27 de
febrero de 1989 se generó una protesta llamada “El Caracazo” que estuvo
acompañada de disturbios, saqueos y muertes por doquier en rechazo a la forma de vida que se quería implementar en el
país.
Luego del culminar el Caracazo quedaron secuelas en la
población, ya había una desaprobación mayoritaria de la gestión de CAP y una
falta de liderazgo que hizo que el paquete de medidas fuera fracasado y
rechazado.
Asimismo en ese proceso de Repolitizacion de la sociedad
venezolana, en esa época “había una disociación enorme entre la realización individual
y pensar que esa realización estaba desconectada o era ajena al contexto social
donde se producía“. A esto añado que con la Constitución 1999 se recoge
“la recomposición de la institucionalidad y
la recomposición de una visión distinta a aquello que había sido clave en los
años 80 y 90″. Esto además analizando el contexto sociopolítico.
Hugo Chávez “fue el elemento catalizador en el marco de
varios procesos que ocurrieron en Venezuela y mantiene la propuesta de
una recomposición de la sociedad venezolana“.
“Hay una parte del país que no ha entendido el proceso de cambio en
Venezuela. Lo que está ocurriendo desde el 99 es la
recomposición de un conjunto de valores nuevos de la sociedad venezolana, la
construcción de una nueva identidad política, cultural y de país”.
A una parte del país “le cuesta mucho ver más
allá de su pequeño entorno y le cuesta comprender que la sociedad venezolana es
mas compleja, más rica, más diversa que del pequeño entorno
donde cada uno de nosotros se desenvuelve”.
“Con la palabra socialismo ha ocurrido un desbloqueo no
sólo en Venezuela, sino en América Latina en general. Ha pasado de ser una mala
palabra a una palabra que
identifica un modelo de una sociedad distinta”.
(*) Docente Instructor, Político y Científico
Social.
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