sábado, 23 de marzo de 2013




ENFOQUE DIALÉCTICO
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Misión Revolución.

Por: Willmer Chang (*)
                                                    viperchang@hotmail.com
                                       http://vanguardiasocialista92.blogspot.com/

Luego de la partida del gigante, del comandante supremo y eterno, del líder del proceso revolucionario, la dirigencia política debe asumir las riendas del Estado. Esta es una tarea que obliga a mirar el ejercicio de gobierno desde la perspectiva de profundización y radicalización. Es evidente la claridad ideológica, política y discursiva que ha obtenido el  pueblo en 14 años de revolución. Pero existe el clamor de no abandonar las banderas del Socialismo y la profundización de los beneficios de igualdad y justicia logrados por el comandante Chávez. Uno de los factores de mayor peso para la supervivencia del Estado socialista,  radica en la capacidad de ejercer el programa de la patria en toda su dimensión. La sapiencia del comandante Chávez logró desarrollar un plan de gobierno amplio y muy preciso, que incluso fue convalidado con las observaciones del colectivo. Es necesario transitar por ese plan de gobierno en concordancia con el Socialismo. No podemos ni un segundo evadir esta ruta, pues es la garantía del éxito de la revolución. En este programa de la patria se encuentran los objetivos históricos necesarios para esta transición necesaria del Capitalismo explotador, a un sistema social productivo diferente, que hemos denominado Socialismo Bolivariano. Ese fue uno de los méritos del comandante supremo de la revolución. Allanar el camino hacia la construcción de una nueva sociedad de iguales, y donde el ser humano sea lo preponderante. Es necesaria la dirección política en función de divulgar el programa de la patria. Cada escuela, cada fábrica, cada espacio campesino, cada universidad, cada ente del Estado, cada misión social, cada funcionario público, cada consejo comunal, cada partido político revolucionario, cada patriota, debe conocer de manera profunda este programa de gobierno. Debemos internalizar cuales son los aspectos que deben ser ejecutados desde nuestras tribunas. Debemos pregonar el conocimiento y entendimiento de todos sus objetivos, así como sus alcances. Más allá de las iniciativas de carácter vinculante con esta coyuntura, la orden es radicalizar la transición al Socialismo. Existe una dirección político militar de la revolución, que es responsable de las estructuras que la sustentan. La unión cívico militar es un neurálgico punto, que en la extensa mayoría de los sectores revolucionarios apoyamos y entendemos necesario. La FANB es garantía de continuidad, de lealtad, de conciencia y apego al proyecto socialista. El alto mando militar ya es parte del enfoque de Estado revolucionario. Que nadie se equivoque o confunda. Pues el Socialismo Bolivariano requiere de una defensa en todos sus ámbitos. Y por el carácter patriota de nuestros soldados forjados en la revolución, y su papel clave en el mantenimiento de la misma, sugiere una fusión con la dirigencia política y en función de gobierno. Es indivisible este binomio, pues de el depende la consecución del camino ya transitado en paz y en democracia. La participación popular es otro aspecto que requiere ser abordado. La construcción de un Estado comunal es una de las tareas pendientes heredadas del comandante. La demolición absoluta del Estado liberal burgués, de sus vicios y prácticas burocráticas es uno de los mayores retos que hay que atacar. Ya nuestra población conoce mecanismos de organización y movilización. Ahora nos toca contribuir con el empoderar al colectivo. Darle poder al pueblo en palabras del presidente eterno y comandante supremo. El Estado comunal, las comunas y los consejos comunales, serán la mayor muestra de que transitamos en el Socialismo. Es la forma de evidenciar el transito del sistema económico dominante a un acuerdo social de inclusión e igualdad. La transferencia progresiva del poder real de ejecución a las comunidades debe ser el referente de la descentralización del Estado. No se concibe al Socialismo sin la participación de las mayorías. Se debe aupar la participación popular, y la responsabilidad que tenemos frente a las acciones de ejercicio del poder.  La lucha contra la especulación y el acaparamiento, la guerra económica, la productividad efectiva, la estimulación del aparato productivo nacional, la creación de nuevas formas de participación económica, la promoción de las nuevas formas de propiedad, también representan un reto a abordar por el gobierno revolucionario, pues no hay revolución política verdadera si no hay revolución económica. Las pretensiones de la burguesía y la derecha han enardecido una guerra en contra de la mayoría de la población. Quieren asfixiar al pueblo con el desabastecimiento y el acaparamiento. Con la especulación y el desangrado a las divisas de la patria. Eso es tema primordial, pues es un importante factor de desestabilización y de impacto directo. El proceso de integración de la patria grande, así como el fortalecimiento de las alianzas con nuestros países hermanos, debe seguir siendo una de las características del Estado socialista bolivariano. Incluir nuestras potencialidades para seguir sumando fuerzas. Incentivar la participación en los mercados comunes suramericanos y caribeños. Impulsar los acuerdos en materia social y de cooperación. Garantizar el proyecto energético de desarrollo regional, y el intercambio de saberes y experiencias para nuestro proyecto continental. Todas tareas pendientes que deben ser logradas en el transcurso de este nuevo período. De la supervivencia de la Revolución bolivariana dependen muchos movimientos en nuestra América, y quizás del mundo. Una demostración real de los avances en materia de inversión  y reivindicación social, y su proyección a nivel interno y latinoamericano deben ser el futuro inmediato de las luchas en nuestro país.






¡Independencia y patria socialista!

¡Viviremos y venceremos!


(*) Docente revolucionario, investigador social y militante Bolivariano.