ENFOQUE DIALÉCTICO
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Revolución Profunda, Ética
y Socialista Presidente Maduro.
Por: Willmer Chang (*)
Una vez más, la mayoría del pueblo venezolano, en ocasión del proceso
electoral del 14 de abril de este año avaló la propuesta del socialismo como
sistema político y económico de la Venezuela Bolivariana.
Tiene el apoyo de la mayoría que cree en la revolución presidente Maduro. Y
necesitamos ayudarle a Ud. en la profunda revisión de los hechos para
fortalecer al proceso histórico que vivimos. Es la intención de estas humildes
reflexiones, que son para enriquecer la perspectiva y las estrategias a seguir
por parte de la dirección político militar de la revolución.
Esta ratificación por parte del pueblo es la muestra del apego a los
cambios que se vienen desarrollando desde hace 14 años, gracias al proceso
revolucionario. El comandante supremo Hugo Chávez desarrolló una propuesta de
país con una visión de inclusión y de justicia social. De igual manera en el
aspecto programático el Proyecto Nacional Simón Bolívar I (2013-2019) esboza
los lineamientos estratégicos que debe abordar la república para la transición
al socialismo. Esta visión es continuada en la propuesta de la patria 2013-2019
en sus cinco objetivos históricos, necesarios para profundizar la revolución
socialista iniciada por el gigante.
Esta condición es necesaria para entender cual es el camino. ¡Independencia
o nada! Aseguraba nuestro padre eterno Libertador, y recogido magistralmente
por el comandante eterno. Nosotros ahora con el camino señalado por el mismo
aclamamos ¡Revolución o nada! Pues representa el grito de los millones de
militantes que le dimos el respaldo a Ud. presidente Nicolás Maduro. La
revolución supone cambios radicales y profundos. La revolución propicia una
conciencia ideológica y política de la mano con el proyecto de país, y requiere
de una dirigencia con los más altos valores de entrega, sacrificio,
transparencia, eficiencia y claridad revolucionaria. No es menos conocido que
el resultado electoral de las pasadas elecciones se vio afectado por algunos
eventos de ineficiencia y corrupción, que lejos de sumar y tributar en la causa
revolucionaria, alejaron el voto de un importante sector de los electores. Esto
no se puede ocultar, silenciar o minimizar. Las bases del pueblo militante,
bolivariano, revolucionario y chavista exigen que el legado de entrega y
sacrificio de nuestro máximo líder sea honrado.
Existe una actitud reaccionaria en algunos funcionarios de los sectores
altos y medios del gobierno para dar paso al verdadero Estado revolucionario.
Nuestro Estado aún es
lamentablemente, un Estado liberal burgués plagado de contradicciones, de
situaciones irregulares, de personajes antirrevolucionarios, de oportunistas,
de arribistas y de gente que no comulga con la verdadera necesidad de cambios.
Es vital para el proceso revolucionario que sea depurado en su totalidad el
conjunto de personas que tienen responsabilidad de Estado y gobierno, y darle
paso a la construcción del verdadero Poder popular y Estado Comunal que nos ha
dejado como lineamiento el comandante Chávez. En la ineficiencia, indolencia y
corruptela de los agentes que se hacen llamar “revolucionarios” está parte de
la responsabilidad de la migración de votos a la derecha.
Con todo respeto exigimos presidente Nicolás Maduro, se revise la realidad
de los cuadros de dirigentes que han mancillado a nuestro pueblo, y permitieron
con su ineficacia y actitud de retraso que este proceso histórico haya podido
dar avances más significativos. No nos podemos excusar en la impunidad. Es
menester de todo revolucionario hacer cumplir la ley, los estatutos éticos y
morales, y el pleno ejercicio de las funciones a favor del colectivo. Aquí
deben acabarse las cuotas de poder, el amiguismo, el funcionario de espalda a
la conciencia revolucionaria, y los constantes saboteos al trabajo duro por la
patria.
No escribimos estas líneas con ánimo solo de criticar, pues hemos entendido
necesaria la postulación de soluciones y de mecanismo de aporte al proceso
revolucionario. A parte de la misión eficiencia o nada, debemos rescatar esa
idea originaria de principios de la revolución de hacer oficinas de atención
ciudadana y reclamos en todas las dependencias e instituciones públicas. Un
mecanismo que sea de dominio público y con competencia para recibir todas las
quejas, irregularidades, denuncias y expresión del pueblo en relación con la
actuación de los que le dan la cara al ciudadano por la revolución, y que a
veces son los responsables con su ineficiencia y práctica de burocratismo del
alejamiento de nuestro pueblo o de su frustración ante una necesidad.
Este mecanismo debe también tener la capacidad de interrelacionarse con el
poder popular para hacer seguimiento y control de obras, medidas, misiones y
labores corrientes en la administración pública. Hay que ser implacables en la
aplicación de sanciones a quienes traicionan como funcionarios al pueblo
venezolano. No podemos permitir más omisiones, errores o tergiversaciones en
este sentido. Se deben hacer castigos ejemplarizantes, y que acarreen
responsabilidades penales (no solo políticas, administrativas o morales). El capitalismo ha sembrado el
egoísmo, la ambición, el individualismo como antivalores, que se han inoculado
de manera directa a través de los medios de comunicación masivos. Distorsionada
la entrega y sacrificio de los servidores públicos se convierten en entes que
solo se preocupan por sus intereses y abandonan su razón fundamental: servir al
pueblo.
Quién no trabaja en función de servidor público y con apego a la ley, no
puede ser parte del Estado. Quién no se sienta profundamente identificado con
el proceso revolucionario no puede estar en funciones de gobierno. Quién no se
sienta orgullosamente “Chavista” no puede dar el empuje necesario en sus
funciones y termina por apagar el fuego sagrado encendido en estos últimos años
de revolución. El tema de los vividores y seudo revolucionarios debe tener una
respuesta contundente en esta etapa de la revolución.
Pudiéramos dar fe anecdótica de las veces que hemos sido afectados por la
burocracia insensible y el no cumplimiento de la ley. Pudiéramos hacer una red
de compatriotas con casos de afectaciones por este cáncer que retrasa la
revolución socialista. Pero preferimos apostar por la rectificación,
profundización y radicalización del verdadero carácter revolucionario. Nos
sumamos a las misiones y mecanismos
anunciados, y apoyamos de manera irrestricta el cumplimiento del programa de la
patria en su segundo objetivo histórico de construir el socialismo bolivariano.
Verdaderamente creemos en la necesidad de
comenzar a discutir el proceso de transición del modelo rentístico
petrolero a un modelo productivo diversificado. De la necesidad de empoderar al
pueblo, y dar paso al Estado comunal, en una transformación profunda del
funcionamiento de las instituciones y su espectro social. Del enorme problema
que representa el bombardeo mediático de antivalores y la sociedad de consumo,
que solo propicia la reproducción del sistema capitalista aún en nuestro mismo
Estado. De las enormes contradicciones existentes en el ámbito espacial y
geográfico producto de la segregación y la aplicación de modelos civilizatorios
dominados por el mercado y sus leyes. Debemos reforzar la orientación del
sistema educativo en todas sus modalidades, pues es evidente que necesitamos
procesos de formación coherentes con el proyecto de país, y cónsonos con la
transición hacía el socialismo. En materia de conciencia revolucionaria,
debemos ser más audaces para fortalecer la comprensión de los valores de la revolución,
del verdadero espíritu nacional que estamos impulsando. Hay que fortalecer al
sector docente, responsable de la formación y de la divulgación de los
esfuerzos del Estado, y su consecuente impacto en el cambio de la vida de todas
y todos.
La conciencia revolucionaria debe ser una corriente creadora y digna de
ejemplo, que inspire a nuestros estudiantes, que se vean reflejadas sus
esperanzas en docentes, maestros, instructores y profesores que verdaderamente profesen
que aman y sienten este proceso revolucionario. No se puede defender lo que no
se conoce o lo que no se siente. Por eso el fervor socialista debe ser una
consumada característica de quienes tenemos la responsabilidad de colaborar con
el futuro de la patria. Y para eso necesitamos todo el apoyo del Estado, de
quienes llevamos adelante la revolución educativa. Debo confesar que a veces en
este medio, los militantes bolivarianos que queremos impulsar los cambios somos
perseguidos y acorralados, gracias a la existencia de sectores antirrevolucionarios
en nuestras instituciones educativas.
Hay que abrir las puertas a novedosas formas de participación, y a los
aportes que surgen de nuestras filas sin tanto acto burocrático. Esas acciones
fortalecerían nuestra actuación a favor de la revolución. Pero es más fácil
decirlo que hacerlo, pues a veces nuestras voces son acalladas o silenciadas, y
nuestras propuestas obviadas y desechadas.
Es una verdadera preocupación el no
contar con el trabajo y aporte de un sector de las instituciones educativas
(desde la educación inicial, secundaria y universitaria) para trabajar en
función de la construcción del nuevo modelo de justicia e inclusión social. no
podemos permitir más antipatria y posturas acomodadas que benefician solo a
unas élites o minorías.
El principio de corresponsabilidad de nuestra constitución bolivariana nos
conlleva a las acciones revolucionarias más allá del formalismo. Vamos a
conformar colectivos de formación ideológica en cada ente del Estado. Nos
atreveríamos a sugerir una escuela nacional de la administración pública
revolucionaria, donde se formen todos los que hacen vida en el gobierno (en
todos sus niveles). Y que esta escuela de formación de la administración
pública pueda gestionar el carácter necesario de los valores y conciencia
revolucionaria. Abogamos por la
aplicación de profundos cambios en la estructura del Estado, que de paso a la
fusión mágica del poder popular y el poder constituido.
Estas ideas, sugerencias y reflexiones las hacemos con el más ferviente
deseo de avanzar hacia el sueño del socialismo. De una patria que adoptó la
revolución pacífica como camino a la resolución de sus males. Y con la plena
convicción de que de parte de la presidencia de la república tendremos eco y la
posibilidad de exponer nuestros proyectos, planteamientos y contribuciones a la
causa militante revolucionaria.
Chávez Vive, la lucha sigue.
¡Revolución por siempre!
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y venceremos!
(*) Docente revolucionario, investigador social y militante
Bolivariano.