ENFOQUE DIALÉCTICO
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¡Por ahora, y para siempre!
Por: Willmer Chang (*)
La historia es un proceso inagotable, siempre en continuo movimiento,
siempre dinámico. Las vicisitudes y tragedias son parte de ella. Llegan tan
rápido como un rayo, e impregnan para la posteridad los acontecimientos. Era
una tarde gris. Me encontraba en la natal
Caracas de Bolívar, a cumplir con mi sagrada devoción por la patria, el
estudio y el trabajo. Una lluvia rápida e intensa, que se desplegó a las 4:30
pm. En ese paseo inmenso, patriótico, magistral que son los Próceres. Entré a esa dependencia justo
en la entrada, a compartir como de costumbre con mis compañeros civiles y
militares. De pronto, la noticia: “se ha
ido”. De inmediato el pánico y la
angustia se apodero de todos nosotros. “No
puede ser”, necesitamos corroborar. Al salir de ese salón, note que mis compañeros lloraban y se
abrazaban. Hombres y mujeres de armas, letrados e intelectuales. Todos en
llanto por semejante calamidad. Un gemido de dolor se desplazaba por el
pasillo, bajaba las escaleras hasta el cafetín. Es cierto. Ha muerto el comandante presidente. Es uno de esos
momentos donde el colectivo se desborda en un solo sentimiento. Dolor,
incredulidad, impotencia. Brotaba de
todos ellos ese sentimiento por la figura del titán de la América , del valiente
comandante, del líder, del hombre de mil batallas, prendados por su recuerdo inmortal. Mis lágrimas se unían
con las de ellos. Mis pesares afloraban. Era la hora de despedir a ese hombre
poco común. El presidente Hugo Chávez,
es una figura que muchos no entenderán. En su innumerable historia por estas tierras
del Libertador, desató un proceso revolucionario inédito, que sembró las bases
para la realidad política venezolana,
y más allá, el panorama geopolítico suramericano y caribeño. Generó
una de las más impresionantes muestras de estadista acertado, de revolucionario
consumado y de fiel compatriota para con los más desposeídos. Es el epicentro
de la nueva política, del rescate de la identidad, de la independencia, de la
posibilidad de alzar la voz contra los poderes hegemónicos, contra los
imperios, contra el Capitalismo y el
Neoliberalismo. Un hombre que supo
recoger el sentimiento de un pueblo mancillado, engañado, oprimido, humillado.
Un hombre que desafió el poder corrupto e indolente. Un rebelde. Un insurgente.
Un hombre de principios y valores. Leal,
corajudo, valiente, altivo. Ese es Hugo
Chávez. El hombre que le devolvió la esperanza a millones. El hombre que es
sencillo y mestizo como el pueblo, que decodifica el momento histórico, y que
sabe entender las inmensas necesidades heredadas en años de desidia. El hombre
que enarboló la recuperación de la doctrina bolivariana de la integración
suramericana, y que logró rescatar el control de los inmensos recursos
naturales de Venezuela. El hombre que desató la mayor participación política en
la historia. El hombre que afrontó las más terribles adversidades. El hombre
dedicado y entregado a la lucha verdadera. Una excepción de los militares
latinoamericanos en los últimos 30 años. Talento natural para la expresión y la
comunicación, para el liderazgo, para la resolución en los momentos más
aciagos. Uno de esos hombres que la historia recordará por siempre. Seguramente
sus acérrimos enemigos no descansarán hasta tratar de mellar su integridad,
pues en vida hicieron lo mismo. Pero es impresionante como se transformo la
figura de este hombre, y pasó de ser solo un ser humano a una ideología y
postura política que trasciende lo nacional. Es una voz que recorre la América , preñada de las
luchas por la justicia y la igualdad social. Su pensamiento es un amplio
espectro de tendencias libertarias, posturas diversas, percepciones
revolucionarias y mucha determinación. Logró acrisolar la lucha desde las masas
populares. Desarrolló un proyecto alternativo de país, divorciado de la
hegemonía de los poderes mundiales, y buscó la complementariedad de los
hermanos pueblos, que ven en su legado la única vía para desarrollar
revoluciones de otros pueblos. Su pensamiento agudo, su visión integracionista
lo convierten en principal promotor de la denominada Patria Grande. Hoy la República Bolivariana de Venezuela llora la partida de su
líder. Comparte entre el dolor y la lealtad la promesa incólume de no desmayar
en profundizar la Revolución Bolivariana. De
seguir en la lucha, y hacer cumplir la
constitución, el Proyecto Nacional Simón Bolívar y el Programa de la Patria 2013-2019. Lejos
de pensar en la muerte de su pensamiento, se abren las puertas a la verdadera
participación de la ideología del comandante
presidente. El pueblo venezolano, en honor a su legado, empieza a dar
muestras de la conciencia política
adquirida bajo su gestión de 14 años. Y es una demostración enorme de claridad
ideológica. Sus inmensas manifestaciones de afecto con su presidente no solo se
quedaron en lo sentimental. Hay demostraciones claras y contundentes de la
enérgica posición de organización popular. Hoy
tenemos patria, había dicho el comandante. Y el pueblo entendió su papel, y
sobre todo el momento histórico. Esa es la herencia inmortal de Chávez. Un
pueblo con ganas de luchar, y con las más intensas aspiraciones de seguir su
proceso revolucionario. Elemento que denota la continuidad de su pensamiento y
obra, que debe ser entendido desde la perspectiva política ideológica. Adicionalmente, el
verdadero logro es despertar a ese aletargado colectivo, colocarlo en el frente
de batalla por su engrandecimiento. Por eso la inmensidad es el camino que de
ahora en adelante transitará la figura rebelde del comandante Chávez.
Desbordado de grandeza, y arropado por el amor de un pueblo que jamás lo
olvidará. ¡Por ahora y para siempre!
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y venceremos!
(*) Docente revolucionario, investigador social y militante
Bolivariano.